viernes, 14 de noviembre de 2008

Un poco más sobre Ontígola

Cuando surgió la necesidad de escribir (porque es una necesidad), quise buscar un nick conforme a la importancia de Ontígola. Buceando en Internet encontré una referencia tan bonita como desconocida para mí: el Duque de Rivas. Lo primero que me sorprendió es que no había oído hablar de él nunca en Ontígola, a pesar de guardar una relación (quizás casual, eso sí, pero no por ello menos significativa) con nuestro pueblo. No en vano, este ilustre señor cuenta en su haber con ser el autor del primer poema en el que se referencia a Ontígola. Dicho y hecho, decidí adoptar su nombre: Don Ángel María de Saavedra y Ramírez de Baquedano, nombre real del Duque de Rivas.

Tuvo una vida azarosa, relacionada con la política y las artes. Participó y fue herido en la Batalla de Ontígola (de ahí parte mi interés) en 1809 contra las tropas napoleónicas y escribió varios sonetos, narrativa, teatro y poesía.


Sirva todo este comentario para ofreceros su poema (que seguro que muchos conocéis) y proponer a quien corresponda su reconocimiento (¿por qué no?). Dejo además tres referencias al Duque de Rivas
así como a su poema y, cómo no, a la Batalla de Ontígola .

Con once heridas mortales,
hecha pedazos la espada,
el caballero sin aliento
y perdida la batalla,
manchado de sangre y polvo,
en noche oscura y nublada,
en Ontígola vencido
y deshecha mi esperanza,
casi en brazos de la muerte
el laso potro aguijaba
sobre cadáveres yertos
y armaduras destrozadas.

Y por una oculta senda
que el Cielo me depara,
entre sustos y congojas
llegar logré a Villacañas.

La hermosísima Filena,
de mi desastre apiadada,
me ofreció su hogar, su lecho
y consuelo a mis desgracias.

Registróme las heridas,
y con manos delicadas
me limpió el polvo y la sangre
que en negro raudal manaban.

Curábame las heridas,
y mayores me las daba;
curábame el cuerpo,
me las causaba en el alma.

Yo, no pudiendo sufrir
el fuego en que me abrazaba,
díjele; "Hermosa Filena,
basta de curarme, basta.

"Más crueles son tus ojos
que las polonesas lanzas:
ellas hirieron mi cuerpo
y ellos el alma me abrasan.

Tuve contra Marte aliento
en las sangrientas batallas,
y contra el rapaz Cupido
el aliento ahora me falta.

Deja esa cura, Filena;

déjala, que más me agrabas;

deja la cura del cuerpo,

atiende a curarme el alma".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Duke,
Hace tiempo que no nos honras con tu encantadora pluma....¿va todo bien?
Con los problemas del foro y tu ausencia, la actualidad del pueblo está de capa caída....espero leerte de nuevo pronto.
Un cordial saludo