martes, 30 de septiembre de 2008

Quiénes somos y de dónde venimos





Existen unas señas de identidad que, nos gusten o no, representan en parte qué somos y de dónde venimos. Estas señas, símbolos en la mayor parte de los casos, son inherentes a los colectivos y las ciudades no se escapan de esta catalogación. Un determinado “deje” a la hora de hablar, un monumento destacado, unas costumbres típicas e, incluso, una forma de ser pueden ser rasgos definitorios de una sociedad. Estos identificadores deben ser asumidos por aquellos que, no oriundos del lugar, deseen integrarse en él.



Así no deja de resultar llamativo que poblaciones aledañas a la nuestra generen polémicas ante las agresiones e innovaciones que afectan a estos temas, a pesar de tener problemas más graves de los que ocuparse. Tal puede ser el caso del Ayuntamiento de Aranjuez que no hace mucho cambió su escudo que databa de 1956 y fue diseñado por el artista ribereño Manuel Saavedra Roca por otro que diseñó Marañón. Por supuesto que en Aranjuez tienen otra serie de problemas más importantes cuantitativamente hablando pero el análisis cualitativo arroja un interés por la población en mantener sus ya citadas señas de identidad.



Revisando la prensa, algo similar le ocurre al Cortijo de San Isidro que ha encargado hace unos meses el estudio detallado y posterior aprobación legal (a nivel local y de la Comunidad de Madrid) de un escudo y banderas propios, independientes de los de Aranjuez.



Otros escudos como el de Ocaña o Noblejas (éste resulta especialmente llamativo y, cincelado en piedra, está colocado en la pared exterior de la Ermita de María Magdalena) no han variado y siguen siendo los mismos que han visto varias generaciones de vecinos.



Todo este preámbulo viene a colación de un pequeño detalle, casi ínfimo, que he percibido estos días: visitando la web del Ayuntamiento y decepcionado por la falta de novedades, me disponía a apagar mi ordenador cuando reparé en un pequeño detalle. Un detalle, como decía, tan poco llamativo aparentemente que había pasado desapercibido hasta ahora: la caricatura de escudo que han plantado en la web.



Tras una construcción sobre la que hay quien opina que carece de un mínimo sentido común a la hora de realizar planteamientos urbanísticos coherentes, se han anulados muchas señas de identidad e incluso hasta la propia Iglesia (contemplada como monumento) amenaza con desaparecer. Poco nos queda a losaurelanenses que resignarnos a perder nuestra identidad bajo las urbanizaciones que han devorado nuestro entorno y ahora, también nuestros símbolos. Y por favor, no se me malinterprete: las urbanizaciones y los nuevos vecinos han traído prosperidad y desarrollo a nuestra ciudad, otra cuestión son todos aquellos que han prosperado al aura de la construcción indiscriminada.



La heráldica, si bien tiene la importancia que uno en su fuero interno quiera dar, está presente en Ontígola y tiene una relevancia que no pasa desapercibida a muchos vecinos. Y siendo así ¿cómo el Ayuntamiento se hace soberano, sin autorización previa del Pleno Municipal, a modificar el escudo? ¿sabe acaso la persona responsable de este cambio que se trata de una ilegalidad? Otra cuestión es la creación de una “imagen de marca”, es decir, un “logo” que usar en actos comunes pero la página del Ayuntamiento, sobria por definición, debe ser el modelo de referencia de los elementos identificativos de Ontígola.



Por si alguien lo desconoce (y me limito a transcribir casi de forma literal información diversa fácilmente accesible), el escudo de Ontígola se divide en dos cuarteles. En el derecho, sobre fondo blanco, destaca la Cruz de la Orden de Santiago, en gules (que es un color rojo intenso y que siempre se utiliza en plural). En el izquierdo, sobre fondo marrón, se aprecia un castillo sobre una colina sinople (color heráldico verde intenso desde el siglo XV) y un río, en referencia al Castillo de Oreja y al Tajo. Encima del escudo hay una corona real y debajo aparece la leyenda "Villa de Ontígola". El escudo, como se puede apreciar, es muy parecido al antiguo de Aranjuez (el de 1956, ya citado), en el que la Cruz de Santiago aparece en el cuartel izquierdo, y un palacio en el derecho, justo al revés que en el de Ontígola.



Habrá que asumir que alguien, porquesí, ha decidido cambiar el escudo sin argumentación ni consulta a los ciudadanos. Y lo más triste es que nosotros lo permitimos.

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