viernes, 6 de mayo de 2011

La campaña "Electoreta"

El reciente “Caso galgo” que muchos recordarán pone de manifiesto la necesidad de la presunción de inocencia como un modo de pensar más que como una legítima garantía del sistema. En el caso de Marta Domínguez el daño realizado será difícil de resarcir. Algo no muy diferente (y aún coleando) es el “caso del solomillo”, que afecta al mejor ciclista español del momento, Alberto Contador.

La presunción de inocencia, tras casos concretos como los citados, adquiere tintes cuasi morales: no hay modo de compensar el daño provocado. No obstante y aceptando todo lo expuesto, hay actitudes concretas que hacen cuestionarse todo este planteamiento, quizás por lo evidente aunque, por supuesto, todo es susceptible de ser aclarado ¿Dónde quiero llegar tras tanto preámbulo? Sencillo: Pedro Torrejón se vuelve a presentar encabezando la candidatura "Ciudadanos por Ciempozuelos". Ahí es nada. En libertad bajo fianza de 900.000 €, implicado en el "Caso Ciempozuelos" junto a Joaquín Tejeiro (otro ex-alcalde), ambos acusados de recalificar terrenos rústicos en urbanizables por parte de Anticorrupción. Ni conozco a este “señor” ni me interesa más Ciempozuelos que cualquier otra localidad pero lo cierto es que le hace a un cuestionarse a qué jugamos dentro de nuestro sistema político.

Por supuesto que me contradigo con su presunción de inocencia pero… ¡cuesta tanto no “intoxicarse” con la información que rezuma en periódicos, TV, Internet, etc.! Vivimos en un país donde, por gastar una broma, somos capaces de enviar a Rodolfo Chiquilicuatre a representarnos (a todos) a Eurovisión ¡y luego nos cuestionamos por qué se nos considera aún una España de charanga y pandereta!

Resulta evidente que no formar parte de uno de los dos grandes partidos nacionales no implica una mayor catadura política (vaya, que no siempre los independientes son “más buenos”). Lo cierto es que se trata de un tema de personas y no de siglas: tanto en uno como en otro extremo de nuestro asumido bipartidismo, se podrían encontrar tristes ejemplos de corrupción.

Para bordar el panorama, anoche fue legalizado Bildu por el Tribunal Constitucional (TC) con seis votos a favor y cinco en contra. A nadie escapa el discreto detalle de que los magistrados del TC son cargos propuestos por el Gobierno.

La legislación garantiza el exquisito cumplimiento de todas las garantías democráticas como debe ser de otro modo y mientras, a los ciudadanos de a pie, nos crecen los enanos con nuestros representantes políticos.

Pero, a fin de cuentas ¿qué más da? Seguimos teniendo futbol y toros: visto lo visto ¡Comencemos con la campaña “Electoreta”!

No hay comentarios: