jueves, 31 de julio de 2008

Caminante, no hay camino

Intentar definir un esbozo de mi ciudad no es tarea sencilla pero lo mejor será empezar por donde lo hacen todas las cosas: el principio. Para aquellos que aún no conozcan Ontígola, mi ciudad se sitúa geográficamente entre Aranjuez (Madrid) y Ocaña (Toledo). Se trata de uno de tantos pueblos castellano manchegos que han sufrido una fuerte explosión urbanística, diríase casi salvaje, acrecentada por el efecto frontera que produce estar a 4 km de Aranjuez, límite entre comunidades.

Con cerca de 4.000 habitantes censados, se calcula una población real de 6.000 y un exacerbado interés municipal en conseguir los empadronamientos. Lógicamente, las subvenciones por parte de la Junta de Castilla – La Mancha aumentan hacia la localidad de forma proporcional al número de habitantes pero ¿saben acaso nuestros gobernantes que también deben aumentar los servicios en cuanto a cantidad y calidad? Probablemente no sean conscientes dado que ni tan siquiera garantizan los más básicos.

Un ejemplo claro lo constituye la falta de Internet, servicio universal de telecomunicaciones tras la publicación en el BOE de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI) o más conocida como “Ley de Internet”, que sufre una parte importante de la ciudad. Sólo algunos privilegiados llegan a disfrutar de una Internet estable mientras que otros, especialmente los de las urbanizaciones más nuevas, con nombres de calle de célebres músicos, no consiguen la comunicación de ninguna de las maneras.

Otra muestra es la falta de cobertura de recepción de TV. Ontígola se sitúa en una zona de “sombra” del espectro radioeléctrico que dificulta la recepción de la señal de TV. En el caso de la televisión analógica, este problema se manifiesta como una pobre calidad en la recepción pero en los canales digitales, resulta imposible obtener una señal válida. Para 2010 está previsto el “apagón analógico” ¿se ha previsto alguna medida para que los ontigoleños podamos disponer de una señal de calidad? ¿al menos de una posibilidad remota de ver nuestros receptores de TV?

El cementerio, plenamente integrado en la ciudad, hace años que precisa de una ampliación y una remodelación. Sólo el finito respeto al sueño de los justos explica que no se haya urbanizado para sacar rentabilidad a este terreno.

Y no, no es que todo sea malo sino, simplemente, mejorable, muy mejorable. Pero para avanzar, es preciso afianzar cada paso andado y esto aún no lo han conseguido nuestros gobernantes ¿cómo entonces esperan conseguir el buscado empadronamiento sino ofrecen unos servicios mínimos? Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.

De tráfico, seguridad ciudadana, infraestructuras, etc, hablaremos otro día.

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