viernes, 17 de julio de 2009

NTCG/m2

Viernes. Se nota el cansancio y, con la hora pegada, me voy a trabajar. Un rezagado como yo me precede y detrás, como una exhalación, un coche amarillo “pastillero” se acerca. Ha sido todo en un instante: en una zona donde está prohibido adelantar y con una curva sin visibilidad, dos niñatos (al conductor sí le he identificado) me han adelantado ¡y al coche de delante también!

Sin duda cuando uno generaliza con las estadísticas (más si son subjetivas) está sujeto a errores pero creo que en nuestra localidad hay más NTCG/m2 (niñatos tontos con coches de gran cilindrada por metro cuadrado) que en el resto del territorio nacional.

Lo que cuesta entender no es el por qué de la estupidez de estos conductores (falta de años, necesidad de aparentar una falsa virilidad, caos neuronal…) sino la ausencia de medidas (al menos visibles) para atajar estos comportamientos. El coche en cuestión (por dejar de lado al conductor que no merece más líneas de las escritas) ya ha estado implicado en más de un incidente y sé fehacientemente que no tiene seguro. Por supuesto que mi obligación sería denunciarlo pero, si yo estoy al corriente de esta información… ¿no lo están más personas? ¿Incluso algunas cuyo trabajo consiste, entre otras tareas, en perseguir a estos descerebrados? ¿Debo buscarme problemas a título personal?

Adelantamientos prohibidos en la carreta a Aranjuez, velocidades inadecuadas en toda la localidad, indiferencia continua al semáforo de la entrada al pueblo, maniobras inadecuadas para evitar los badenes en la plaza de La Libertad… ¿sólo lo veo yo?

Supongo que si todos fuésemos más intolerantes con estos energúmenos, otro gallo nos cantaría pero entono el mea culpa en primera persona y asumo que, como siempre, tenemos lo que nos merecemos.